Un adolescente llega a su primer trabajo y de pronto se
encuentra con que tiene que tomar decisiones, funcionar con autonomía, asumir
riesgos y responsabilidades. Básicamente, hacerse cargo de sí mismo. ¿Pero cómo
lo hace si no tiene experiencias previas donde haya tenido que resolver
situaciones complejas en la vida real?
Esa
es una de las cosas que le puede tocar enfrentar a los niños y jóvenes que
pertenecen a la llamada Generación Smartphone,
aquellos nacidos después de 1995, que han pasado toda su adolescencia con un
celular en la mano.
Jean
Twenge, profesora de psicología de San Diego State University, acaba de
publicar su libro iGen: por qué los chicos
superconectados están creciendo menos rebeldes, más tolerantes, menos felices y
completamente no preparados para la adultez, con los
resultados de en una investigación basada en encuestas a 11 millones de jóvenes
estadounidenses y entrevistas en profundidad. Conversamos con ella.
¿Por qué dices que la Generación Smartphone no
está preparada para la adultez? Los adolescentes de la Generación Smartphone están creciendo más
lentamente que generaciones previas. Ellos son menos propensos a conducir
automóviles, trabajar, tener sexo, salir, y tomar alcohol. Esas tendencias les
han permitido crear un entorno seguro que los hace no involucrarse en
situaciones en las que habitualmente participan los adultos. El lado negativo
de eso, es que ingresan a la universidad y al mundo laboral con menos
experiencia, son menos independientes y les cuesta tomar decisiones. Los de 18
actúan y se parecen a los que antes tenían 15 en generaciones previas. Lo
positivo es que se exponen a menos situaciones potencialmente riesgosas
relacionadas, por ejemplo, con el uso de drogas y alcohol.
¿Cómo es la relación de estos adolescentes con la tecnología? ¿Son
adictos tecnológicos? El adolescente promedio pasa 6 horas al día conectado a
internet, enviando mensajes y jugando. Posiblemente el resultado de eso es que
pasan menos tiempo con sus amigos en persona. Ahora bien, no podría definir si efectivamente
son o no adictos tecnológicos porque no fue una de las variables que medí en la
investigación.
Más allá del tema de la adicción, ¿cuáles podrían ser los
potenciales efectos de la relación que tienen con la tecnología? Existen riesgos para la salud
mental, hay potenciales efectos en el desarrollo de sus habilidades sociales
dado que pasan menos tiempo con otros en persona y -algo que está comprobado
por varios estudios- es que no están desarrollando las habilidades de lectura y
la escritura que necesitan.
En el libro dices que has visto niveles sin precedentes de
ansiedad, depresión y soledad. ¿En qué se traduce eso, qué efectos tiene en la
vida de los adolescentes? La tasa de suicidio en de niñas entre 12 y 14 años se ha
triplicado en los últimos 10 años.
¿Por qué podría estar dándose este fenómeno? En la medida que pasan más tiempo
usando pantallas aparecen los temas de ansiedad o depresión Hemos visto que a
partir de 2012 el fenómeno se ha vuelto más fuerte y aparentemente puede estar
relacionado con que están menos tiempo con otras personas o no hacen deportes. Tiene
que ver con las cosas que dejan de hacer por estar conectados, más que por los
efectos directos de estar conectados.
Investigando este tema hubo algo que te impresionara, es decir,
algo que ni siquiera te imaginabas que podría estar ocurriendo. Me impresionó que los adolescentes
estuvieran muy conscientes de los efectos negativos de los celulares. Lo otro
que me sorprendió fue un estudio que hicimos con 200 universitarios, donde casi
todos dijeron que preferirían ver a sus amigos en persona. Lo otro interesante
fue comprobar la correlación directa entre el nivel de actividades frente a una
pantalla y el nivel de infelicidad. Y al revés, me sorprendió cómo las
actividades sin pantalla estaban vinculadas a mayores niveles de felicidad.
¿Cuál podría ser la relación entre esta generación y el mercado
laboral al que tienen que entrar? En ese sentido hay buenas noticias
para las empresas. Ellos son más realistas y parecen estar más dispuestos a
trabajar duro. No tienen grandes expectativas como sí las tenían los millennials. Ellos están preocupados de estar
físicamente seguros y también emocionalmente seguros. Y probablemente están más
físicamente seguros que generaciones previas. Ellos beben menos y no les gusta
tomar riesgos.
Y en el tema de la rebeldía, ¿se trata de que cuestionen menos a
la autoridad? Porque esta es una característica muy propia de la adolescencia
en todos los tiempos. Lo que ocurre es que al tener una infancia más protegida,
van creciendo más lento. Y no les gusta hacer cosas que no sientan muy seguras.
Lo que hacen es posponer los placeres y las responsabilidades. Esto no es algo
ni bueno, ni malo.
Hemos visto varias conclusiones de la
investigación que podrían encender una luz de alerta. Me gustaría
saber cuáles son las características más positivas de esta generación. La Generación Smartphone es
tolerante con las personas que son diferentes y especialmente defienden los
derechos de la población, homosexual, bisexual o transexual. Más que las
generaciones previas ellos creen que las personas deben ser lo que son.
¿Se trata de una tolerancia amplia? Yo diría que tolerancia en temas de
raza o género, en temas de identidad de grupo. Eso por un lado. Pero en el otro
extremo, también hemos visto que hay algunos grupos no tolerantes con otros
puntos de vista, una especie de polarización, donde los adolescentes se mueven
hacia la extrema izquierda o la extrema derecha. Sin embargo, la gran mayoría
muestra altos niveles de tolerancia.
Cecilia Barria – BBC
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