lunes, 29 de febrero de 2016

SEMANA 4: Conviértase en seguidor de sus hijos en Internet

Los expertos recomiendan supervisar su vida en la web, pero sin invadir su privacidad.


Los niños colombianos empiezan a acceder a Internet y a abrir cuentas en redes sociales desde los 9 años, según el estudio ‘Estilo de vida de los jóvenes en Colombia’, de la Universidad de la Sabana. La investigación, que consultó a 9.500 escolares, también reveló que un 68 por ciento se conecta todos los días y que un 20 por ciento lo hace por cinco o más horas diarias.

Victoria Cabrera, coordinadora del estudio, señala que los jóvenes usan hoy la tecnología como su medio social natural, pero advierte que si esto no se hace con prudencia, puede terminar siendo “nocivo”. Los riesgos van desde el consumo de pornografía y violencia extrema, hasta cibermatoneo, apuestas y ataques de pedófilos. Amén de que no son pocos los menores que terminan volviéndose adictos a la red. Adicionalmente, muchos recurren a las redes sociales para establecer relaciones. El informe ‘Find out: mitos y verdades sobre los teens en Latinoamérica y España’, de la firma Findasense, determinó, tras encuestar a 700 adolescentes y jóvenes, que cerca del 60 por ciento de los colombianos entre 17 y 19 años buscan pareja en Facebook, y que lo mismo hace el 40 por ciento de los muchachos entre 14 y 16 años.

Y pese a los riesgos que todo esto entraña, el 55 por ciento de los consultados por la Sabana admitió que sus papás no ejercen control alguno sobre lo que ellos hacen en la web.

¿Cómo hacerlo adecuadamente? La Corte Suprema determinó, en una sentencia del año pasado, que los padres no requieren “autorización de autoridad alguna para acceder a los contenidos e información de los sitios web que los menores frecuentan”, cuando está de por medio la defensa de sus derechos fundamentales.

El concepto fue emitido para resolver el caso de una mamá que revisó el correo electrónico de su hija y descubrió que su pareja la drogaba para abusar de ella. Y con estas pruebas, se logró encarcelar al agresor.

Juan Camilo Díaz, magíster en educación, explica que el grueso de los padres son ‘inmigrantes digitales’ y que por eso desconocen muchos de los peligros de la red. “Las normas internacionales señalan que un menor de 15 años no debe tener acceso a las redes sociales, pero lo realmente importante es acompañarlos”, indica.

En eso coincide Sonia Calderón, experta en tecnología educativa. “Esto se debe hacer desde el diálogo y no desde la imposición. La idea es que tanto padres como hijos se sientan cómodos. Hay que generar acuerdos y hablar de lo que está bien y de lo que está mal. Es clave lograr un clima de confianza”.

Los expertos no son partidarios de que los papás conozcan las contraseñas de sus hijos, pues se trata de una medida invasiva, especialmente para los adolescentes. Recomiendan, en su lugar, recurrir al uso de software de control parental para estar informado, restringir contenidos dañinos, prevenir ataques y poder conversar con ellos.

Los lazos con los hijos no solo deben ser fuertes en el mundo real, sino también en el virtual. Por lo que conviene ser amigos de ellos en las redes y reforzar la comunicación, para que se estreche la confianza y la tecnología se convierta así en un aliado para ambos.

Siete buenas prácticas

·         Evite los equipos en el cuarto de los jóvenes. Promueva su uso en las zonas comunes.
·         Negocie con sus hijos las horas en Internet, las horas de sueño y las horas para la familia.
·         Hable con ellos de los contenidos inapropiados y de los riesgos de consultarlos.
·         Manténgase bien informado de las últimas tendencias.
·         Acompañe a su hijo en Internet y esté enterado de en qué gasta el tiempo cuando está en la red.
·         Use programas que le permitan saber las actividades en línea de sus hijos. Los expertos recomiendan: K9 y Qustodio. En celulares, Kids Place Parental Control (Android) y ParentKit (iOS).
·         No restrinja el uso de Internet. Concilie su uso.

Fuentes: Sonia Calderón, experta en tecnología educativa, y Juan Camilo Díaz, magíster en educación de la Universidad de la Sabana.

LINA SÁNCHEZ ALVARADO – Redactora de EL TIEMPO

http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/redes-sociales-para-ninos/16522327



ACTIVIDADES:

1. Qué reglas hay en su casa con relación al uso del Computador, Celular; el acceso a Internet y Redes Sociales? Comente.

2. Qué opinan sus padres y/o acudiente sobre la lectura?

SEMANA 3: CULTURA GENERAL

Se encuentra en la fotocopiadora de la institución.

lunes, 15 de febrero de 2016

SEMANA 2: ¿MUNDO VIRTUAL VS. MUNDO REAL?

Las redes sociales y las nuevas tecnologías ofrecen unas vastísimas oportunidades. Pero es hora de reconocer que hemos fallado en cuanto a la actitud con que las asumimos. Quiero invitarlos a asumir una actitud crítica y cuestionadora.

Quiero empezar por decirle querido lector, que las redes sociales no son su segundo hogar, sino un espacio dispuesto “gratuitamente” por mega-corporaciones privadas, a cambio de que usted se deje diseccionar en partes comercialmente rentables. No las rige el altruismo de unos seres que quieren iluminar a la humanidad conectándola, como podríamos pensar, sino inmensas corporaciones como Facebook, Google, Twitter,  que hacen oro a partir de manejar datos y manipular la forma en que las personas construyen sus identidades. El objetivo es la personalización de la publicidad: entrar en su espacio privado y garantizar un control sobre su subjetividad. 

Justamente por esto, las redes sociales se sirven de una invitación sagaz, que invoca nuestra poderosa necesidad de ser vistos y de sentirnos parte, diciendo: escribe, dibuja, toma fotos y haz links, muestra tus emociones de la forma más cándida posible, y tendrás amigos y serás visto. Y el hecho de que un adulto promedio revise el Smartphone cada 6 minutos y medio (150 veces al día), es una clara muestra de que la invitación es irresistible, pero también tramposa, porque nunca nos colma aquello que promete. 

El Facebook es un ejemplo bastante ilustrador de la lógica básica de las redes sociales: se basa en el número de “amigos” y esos deliciosos “me gusta” que usted ha llegado a necesitar, sin darse cuenta. Pero cuando la red social se basa en algo tan superficial como la popularidad  y el agrado, lo que tenemos es una red de apoyo para nuestro narcisismo. Porque en las redes sociales todos somos narcisistas: tanto el ingenuo que confiesa su amor definitivo ante una audiencia virtual, como el “amigo” que da “me gusta” mientras se ríe.

"Para desarrollar nuestro yo virtual no se necesita nada de talento, sino la ingenuidad suficiente para hacer un espectáculo emocional sin filtro".

En las redes sociales hay una invitación a la transparencia, que nos hace responder felizmente, como personajes de un reality, dónde estuvimos, cuál es nuestra marca de jeans favorita, qué posición nos gusta en la cama. Pero perdemos de vista que al 99% de los “amigos” o “fans” que están al otro lado de una pantalla, no les importa. 

Solo tocamos al otro cuando la transparencia se vuelve pornografía emocional. Tenemos que reconocer que la halada de pelo, el reclamo de la novia, el periodista que mata socialmente o el intercambio de insultos de caudillos de la patria son fuentes perversas de placer. Para desarrollar nuestro yo virtual no se necesita nada de talento, sino la ingenuidad suficiente para hacer un espectáculo emocional sin filtro.

Los Smartphone y las Tablet, trajeron a nuestras vidas un nuevo mandato: tenemos que estar disponibles todo el tiempo. Ya no hay razones valederas para no responder de ipso facto. Ya no podemos escaparnos del control policial de nuestras parejas y de nuestros jefes. Y la realidad es que esa capacidad de estar disponibles y esa exigencia tácita de disponibilidad, han vuelto la existencia  extenuante. Toda nuestra experiencia se rompe una y otra vez: sea con la pantalla del computador, con el teléfono inteligente o con la tablet. 

El multitasking es un imperativo. Pero ya lo demostraron los estudios neurológicos más rigurosos: el multitasking es simple y llana distracción. La atención dividida es también desatención multiplicada. Por eso se ha venido hablando del “tiempo de la distracción global”. 

Y mientras estamos ocupados chateando, publicando, twitteando, montando fotos, generalmente no queda tiempo  para cultivar lo esencial: las relaciones de carne y hueso. El afán es nuestro ritmo. Cada aplicación, cada dispositivo, una vez logran someternos hasta la inconsciencia, se apoderan de nuestro tiempo. Y es justo ahí cuando tropezamos y caemos. Porque la lentitud es el ritmo de la realización, la consciencia y la profundidad y el afán la cadencia de la superficialidad y la torpeza. 

No sé si alguna vez se ha preguntado si sea tan bueno que en el mismo sitio se ejerza la democracia, se queje una actriz porque la dejó su novio, se postee la receta de jugos que nos quitan el cáncer, se cite a Churchill en boca de Gandhi, y se muestre el video de un buda fluorescente al lado de una pelea de James con Zidane. Yo creo que las redes sociales nos han hecho confundir los espacios. 

Como también nos hicieron confundir la realidad con la virtualidad. Nos desconectamos del cuerpo y sus sentidos. Cada vez nos alejamos más de la realidad concreta del tacto, el olor y los sentidos, hasta el punto de volvernos procrastinadores y fofos para la presencia física y su exigencia. El cuerpo es el gran marginado del ciberespacio. 

Y esa confusión es trágica, porque sin reconocerlo nos volvimos eternos espectadores, apáticos y cobardes. Jugamos a participar, jugamos a tener amigos, jugamos a interactuar, jugamos a hacer un mundo mejor, pero mirémonos por un momento: nunca dejamos de estar sentados en la comodidad de nuestra poltrona favorita. En las redes sociales todos estamos evadiendo la responsabilidad de construir el mundo, tranquilizados por la ilusión de que los datos son lo mismo que la realidad. Postear no nos convierte en actores políticos, ni amantes consumados, ni buenos padres. 

Finalmente me gustaría recordarle que los “amigos” de las redes no son lo mismo que sus amigos;  que un “me gusta” no significa que alguien lo valora; que información no es igual a conocimiento y “compartir” no es entrega.

Lo que le estoy sugiriendo, querido lector, es que no siga dejando que sus dispositivos y sus redes se conviertan en un muro que lo separa de la vida.


Sebastián restrepo. Psicólogo Gestaltista y Sistémico – Revista Cromos 100 Años


ACTIVIDADES:

1. Realice una reflexión corta sobre la lectura donde aborde la idea que más le llamó la atención.

2. A través de un ejemplo o un texto reflexivo exprese lo que le indica la siguiente frase: "Para desarrollar nuestro yo virtual no se necesita nada de talento, sino la ingenuidad suficiente para hacer un espectáculo emocional sin filtro".

3. Qué opinan sus padres y/o acudiente sobre la lectura?


Firma del Padre/Acudiente _____________________            Parentesco _____________

lunes, 1 de febrero de 2016

Semana 1: Así usan el ´sexting´ para extorsionar a menores en redes sociales


Los contactan, se ganan su confianza y cuando logran imágenes comprometedoras, delinquen. La falta de supervisión de padres a hijos los convierte en presa fácil de pedófilos que usan sus fotos para negociar.


Esa tarde, como muchos adolescentes, Daniel* de 15 años entró en contacto con una niña de su edad a través de Facebook. No pensó en que solo un mes después sería una de las víctimas del 'sexting', una práctica que consiste en tomarse fotos con poses insinuantes y, en los casos más extremos, sexuales, para luego subirlas o enviarlas a través de las redes sociales. El problema es que los pedófilos y los delincuentes ya saben cómo delinquir con este material y hasta extorsionar. ¿Cómo lo hacen?, se agregan a las redes con perfiles falsos y así comienzan a engañar.

“Ella me mandaba fotos en ropa interior. Era una niña muy bonita pero cuando le preguntaba cómo podíamos vernos siempre me respondía con evasivas”, contó la víctima, quien accedió también a enviarle fotos desnudo. Pero la historia tomó un giro inesperado cuando el joven, estudiante de un colegio distrital de Bogotá, recibió una llamada. “Era la voz de un hombre que me pedía 200.000 o que tuviera sexo con él. Me dijo que si no accedía le iba a mandar mis fotos íntimas a todos mis contactos, a mis amigos y a mis familiares”.

El estudiante nunca pensó en acceder a sus peticiones, pero al poco tiempo supo que las amenazas eran ciertas. “Un día llegué al colegio y ya varios de mis compañeros tenían las fotos. Me comenzaron a tratar de homosexual y a mirarme con asco. No sabía qué hacer, me daba mucha vergüenza contarle a mi familia o a algún amigo”.

Y ahí está el otro problema. Según Ricardo Ruidiaz, director de Stop Bullyig Colombia, fundación que trabaja en contra del matoneo y el abuso infantil en el país, la falta de conocimiento y confianza con padres de familia y docentes no permite que los jóvenes se informen y denuncien con tranquilidad. “Eso fue lo que nos motivó a realizar una encuesta por redes sociales a universitarios y estudiantes”. En total se entrevistó a 5.000 alumnos de colegio y 4.200 universitarios en 2014 y 2015.

De ellos, el 69 % (3.450) y el 78 % (3.276) aceptó alguna vez haber experimentado 'sexting'. “El problema no es solo la práctica en sí, que pone en riesgo a menores de edad y adultos, sino que los usuarios se convierten en presa fácil de delincuentes y hasta de sus compañeros de estudio, quienes usan las imágenes como una forma de burla y ofensa”. Quienes suben 'sexting' a sus redes sociales tienen el 96 % de probabilidades de estar propensos a 'ciberbullying' por sus compañeros de estudio.

Daniel nunca denunció, el miedo al escarnio público se lo impedía, pero por lo menos logró la asesoría de la fundación. “Lo alarmante del fenómeno es que entre colegios el objetivo es tener el mayor número de fotografías 'sexting', pero el juego va más allá, porque las redes de pornografía infantil están utilizando este material y lo publican en otros países del mundo”.

De hecho, las autoridades y la fundación investigan una página de Facebook, originada en un país de Centroamérica en la que casi el 40 por ciento de los participantes son de origen colombiano y muchos son menores de edad. “Lo que hacen es intercambiar material pornográfico que obtienen en las redes sociales, con y sin permiso, con países de Latinoamérica y con Estados Unidos”, dijo Ruidiaz. El experto explicó que algunos usuarios de esta clase de páginas son productores de pornografía infantil y otros son pedófilos que practican el llamado 'grooming': asumen identidad falsa de niños y adolescentes para captar la atención de las víctimas, abusar de ellas y obtener material pornográfico para comercializarlo o para su consumo personal.

En el estudio, Bogotá figura como la ciudad en dónde más jóvenes aseguran realizar estas prácticas, pero en general en ciudades como Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Cúcuta o Medellín, el 'sexting' es considerado como un asunto de moda. “En mi colegio es normal que las niñas se tomen fotos con caras sensuales y que luego las suban a Face. Eso sí criticamos cuando ya se pasan con escotes o cosas así”, dijo una estudiantes de un colegio en el norte de Bogotá. Lo más grave de todo esto es que imágenes sutiles pueden, incluso, ser manipuladas y utilizadas para comercializarlas, dijo Ruidiaz.

Según Carolina Piñeros, directora de RedPapaz, una imagen o un video de 'sexting' con menores de edad puede constituirse en un delito y los infractores ser judicializados por producir o distribuir las imágenes. “Eso es pornografía infantil y debe ser castigado”. Siguen siendo pocos los padres que supervisan qué es lo que hacen sus hijos en las redes sociales. “No los vigilan, no les explican, ni conocen los riesgos a los que se exponen”, dijo Carolina Piñeros. directora de RedPapaz.

Según explicó, su red de ayuda Te Protejo ha recibido 1.795 denuncias, de las cuales el 48 por ciento (861 casos) corresponden al delito de pornografía infantil. “Muchos de ellos comienzan con un caso de 'sexting'. Es como una bola de nieve. Los jóvenes no dimensionan lo que puede llegar a pasar con estas fotos y videos y los padres pecamos por ingenuos pensando que nuestros hijos nunca harían algo así”, agregó Piñeros.

Según cifras de Stop Bullying Colombia, 3 de cada 5 adolescentes de 13 a 17 años tienen un celular propio. “La mayoría se toma selfis que distribuyen a otras personas con poses insinuantes que terminan en la internet”, dijo Ruidiaz y agregó que la cifra aumenta en la franja de 17 a 24 años (universitarios). “El 81 por ciento tiene celular y el 78 dice haberse tomado fotos provocativas con él”.

El único avance en el área educativa es el que sacó adelante la Secretaría de Educación (SED) con la estrategia RIO, contra el hostigamiento y la violencia escolar. “A través de esta plataforma el cuerpo docente y los estudiantes denuncian cualquier anomalía, que ponga en riesgo el clima escolar”, dijo Ariel Ávila, investigador de la entidad.

Gracias a esta plataforma en el 2014 se detectaron más de 1.000 casos de amenazas al clima escolar.

Carol Malaver – Redactora de EL TIEMPO



Preguntas a desarrollar:

1. Escriba 5 de las razones por las cuales los jóvenes que llegan a presentar este tipo de situaciones no las comentan con sus padres.

2. Si tuviera la oportunidad. Qué consejo le daría a sus amig@s/compañer@s y a los padres de familia para que se dialoguen abiertamente, sin secretos, ni temor con respecto a esta situación.
Amig@s/Compañer@s:

Padres

3. Qué opinan sus padres y/o acudiente sobre la lectura?



Firma del Padre/Acudiente _____________________            Parentesco _____________